GESTOS SUSPENDIDOS

Gestos suspendidos

Sobre la superficie blanca, los cuchillos reposan, suspendidos como recuerdos ordenados. Cada filo señala un gesto, una memoria, una posibilidad de corte que no hiere, sino que revela.

En este gesto de alinear, reunir y curar, los cuchillos pierden su violencia y se vuelven trazos de una casa imaginada, reconstruida a partir de sus fragmentos.

El cuchillo no solo corta: organiza el espacio.

En estas piezas, dispersos o alineados sobre barras de loza blanca, los cuchillos se convierten (se han convertido) en líneas de fuerza, en fragmentos suspendidos que trazan una coreografía mínima.

El barniz cerámico resalta cada borde, atrapando la luz y suavizando la dureza del corte. En su brillo hay una paradoja: un filo que deslumbra en lugar de herir, una herramienta de separación transformada en un objeto de contemplación.